miércoles, 29 de abril de 2009

Josè Nùnez de Càceres

Nació el 14 de marzo de 1772 1779, en la ciudad de Santo Domingo, sus padres fueron Francisco Núñez y María Albor, quien murió pocos días después del nacimiento del niño que el 23 de marzo de aquel mismo año, fue llevado a la pila bautismal por su tío el Deán D. José Núñez de Cáceres. Creció bajo los cuidados de una tía suya pobrísima, María Núñez.

Declaró en 1821 la independencia de su patria proponiendo su incorporación a la Gran Colombia, y vivió luego en Venezuela, donde tuvo activa participación en el movimiento separatista conocido como La Cosiata (1826). Estudió derecho en la Real y Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino, en su ciudad natal.

En 1795, al ser cedida por España a Francia la parte oriental de la isla La Española (actual República Dominicana), la Real Audiencia de Santo Domingo fue trasladada a Puerto Príncipe, y Núñez de Cáceres, fue nombrado relator de dicha Audiencia.

A fines de 1808, al ser vencidas las fuerzas de ocupación francesas por los dominicanos y españoles, regresó a Santo Domingo donde escribió su célebre canto A los vencedores de Palo Hincado en la acción del 7 de noviembre de 1808.

Cuando Santo Domingo volvió a poder de España tuvo participación, entre 1810 y 1813, en el gobierno como teniente de gobernador, asesor jurídico e intendente. En 1812, dispuso la emisión de papel moneda y adoptó medidas de emergencia. En 1815, se desempeñó como rector de la Universidad de Santo Domingo.

En mayo, desarrolló intensas actividades conspirativas; valiéndose de su posición oficial de teniente de gobernador y auditor de guerra, logrando ganar para su causa a los jefes de varios cuerpos militares, y arrestar en la noche del 30 de noviembre de 1821 al gobernador y capitán general. Finalmente, el 1 de diciembre quedó constituido el «Estado Independiente de Haití Español», para diferenciarlo de la ex colonia francesa, Haití, y donde Núñez de Cáceres ejerció la presidencia del gobierno provisional.

El nuevo Estado, cuyos dirigentes temían una invasión de la vecina Haití, se colocó bajo la protección de la Gran Colombia. Núñez de Cáceres envió como emisario ante Simón Bolívar, presidente de la Gran Colombia, a Antonio María Pineda, quien no llegó a entrevistarse con el Libertador pues éste había ya emprendido la campaña del sur.
Aunque Núñez de Cáceres intentó conseguir el reconocimiento del Santo Domingo hispán
ico independiente por la República de Haití, el presidente de la vecina República, Jean Pierre Boyer, no sólo rechazó la idea sino que invadió el territorio de la parte oriental.

Al recibir Bolívar la noticia de lo ocurrido el 1 de diciembre anterior en Santo Domingo (8.2.1822), se declaró dispuesto a ayudar a los dominicanos, pero el «Estado Independiente de Haití Español» dejó de existir el día siguiente, 9 de febrero de 1822, cuando el presidente Boyer hizo su entrada en la capital de Santo Domingo al mando de sus tropas. Ante estas circunstancias Núñez de Cáceres le entregó las llaves de la ciudad y se retiró a la vida privada. En agosto, estaba todavía en Santo Domingo, haciendo gestiones clandestinas para obtener apoyo de las autoridades de la Gran Colombia. A fines de 1822, se hallaba con su familia en Maracaibo.

En 1824, estaba en Caracas, ejerciendo el oficio de impresor. De su taller salieron, durante los años de 1824 a 1826, varios periódicos, libros y folletos; entre los periódicos figuran: El Cometa y El Constitucional Caraqueño, así como los últimos números de El Venezolano. Al estallar el movimiento de La Cosiata tomó en él una parte muy activa. El 5 de mayo de 1826, cuando la Municipalidad de Caracas decidió adherirse a la revolución iniciada en Valencia el 30 de abril y conferirle plenos poderes al general José Antonio Páez, José Núñez de Cáceres fue comisionado, conjuntamente con Pedro Pablo Díaz, para llevarle la noticia a Páez.

El 14 de mayo se hallaba al lado de éste cuando reafirmó en Valencia su desobediencia a las órdenes del gobierno de Bogotá. Posteriormente, Páez lo nombró su secretario, cargo que ejerció hasta comienzos de enero de 1827. El 7 de noviembre del mismo año, en la Asamblea celebrada en el convento de San Francisco en Caracas, en la cual participó y habló Páez, pronunció uno de los discursos más revolucionarios, argumentando que «el pacto social se hallaba disuelto». Cuando el movimiento quedó paralizado, a comienzos de 1827, con la presencia de Bolívar, Núñez de Cáceres decidió marcharse de Venezuela con rumbo a México. En dicho país, desarrolló actividades de carácter político y cívico que le valieron en 1833 el título de Ciudadano Benemérito del Estado de Tamaulipas.

Las Hermanas Mirabal

Patria, Minerva y Marìa Teresa Mirabal Reyes, son Las Hermanas Mirabal.
Fueron las Heroínas de la lucha antitrujillista, hijas de Mercedes Reyes Camilo y Enrique Mirabal Fernández, comerciante y hacendado, nacieron en Ojo de Agua, en Salcedo, en esa época perteneciente a la Provincia Espaillat.

La familia Mirabal-Reyes era una familia próspera de Ojo de Agua, un pueblo de Salcedo. En el año 1923, Enrique Mirabal Fernández se casó con Mercedes Reyes Camilo, Chea. Un año después nació Patria.
Don Enrique, un hacendado y comerciante, nació en un pueblo de Santiago llamado Tamboril. Era dueño de varias propiedades, incluso una finca, una tienda, y una factoría. Doña Chea era de una familia de clase mediana de Salcedo. De acuerdo con la costumbre dominicana, las cuatro hermanas Mirabal, Patria Mercedes, Bélgica Adela, Dedé, Minerva Argentina, y Maria Teresa, fueron criadas no solamente por la familia central, sino también por sus demás parientes.

En 1938, las más viejas de las tres hermanas, Patria, Dedé y Minerva, fueron mandadas a Inmaculada Concepción, una escuela secundaria católica en La Vega. Minerva Mirabal era la primera de las hermanas a envolverse en los movimientos secretos para derrocar al gobierno.

Conoció a unas niñas en Inmaculada cuyos parientes habían sidos arrestados, torturados, y matados por los hombres de Trujillo. Aún cuando era niña, Minerva era rebelde y hacía sus decisiones de acuerdo con sus juicios de lo bueno y lo malo. Minerva, una liberal patriótica, entendía la política y ambicionaba estudiar la ley. En los 1940's, conoció a Pericles Franco Ornes, el fundador del Partido Socialista Popular.

Ornes era conocido como anti-trujillista y lo habían detenido varias veces por sus actividades políticas. Otras influenzas sobre los sentimientos anti-Trujillo de Minerva eran la literatura izquierdista y las emisoras interceptadas ilegalmente de Cuba y Venezuela que hablaban objetivamente de la situación en la República Dominicana.

En 1960, la Organización de Estados Americanos condenó a las accionas del gobierno dominicano y mandó unos representantes a observar la situación en la República Dominicana. Por esta razón, Trujillo ordenó que las mujeres detenidas en las cárceles fueran liberadas, incluso Minerva y Maria Teresa. Sin embargo, sus esposos quedaron presos. Fueron detenidos en La Victoria en Salcedo; luego Manolo y Pedro fueron transferidos a la cárcel San Felipe en Puerto Plata mientras Leandro permanecía en La Victoria.

El mayor vínculo que afectó la ira del tirano fue la relación directa de Minerva Mirabal con Manolo Tavárez Justo, quien había fundado el Movimiento 14 de Junio, inspirado en la invasión que se había gestado en esa fecha del 1959, cuando un grupo de 214 expedicionarios, conformado por 157 dominicanos, 19 cubanos, 1 colombiano, 1 español, 2 norteamericanos y 6 puertorriqueños, partieron desde Cuba con la intención de tumbar a Trujillo.

En ese contexto el movimiento fue descubierto en 1960. El régimen lanzó entonces una oleada de arrestos y persecuciones que llenaron de sangre a República Dominicana. En ese escenario se produjo el asesinato de las hermanas Mirabal. El hecho removió las fibras más sensibles de los grupos sociales y de la comunidad internacional que pidió sanciones para el gobierno dominicano.Grupos como la Iglesia, que había permanecido pasiva y colaboradora con la tiranía emitió una carta pastoral con fuertes críticas, que según pudo observarse, marcó un distanciamiento con Trujillo

Manolo Tavarèz Justo

Manolo Tavàrez Justo fue un dirigente político y revolucionario nacido en Monte Cristy en 1931.
Obtuvo el título de doctor en Derecho en la Universidad de Santo Domingo, donde conoció a Minerva Mirabal, luchadora antitrujillista, con quien contrajo matrimonio en 1955.


Ambos se unieron en la lucha contra el régimen, y entre 1959 y 1960 organizaron el Movimiento 14 de junio,
agrupación política "14 de Junio" o 1J4, inspirado en la fallida expedición del 1959.

Iniciada la lucha clandestina, el movimiento fue infiltrado y delatado. Manolo y cientos de catorcistas fueron encarcelados y torturados en 1960. Encontrándose en la cárcel, su esposa Minerva Mirabal fue asesinada, junto a sus hermanas Patria y Teresa, por órdenes de Trujillo en noviembre de 1960.

Excarcelado en 1961, procedió a la reorganización formal del "14 de Junio" que dirigió y lidereó en la lucha contra los remanentes del trujillato, representados por Joaquín Balaguer y Ramfis Trujillo, y regímenes siguientes. Enarboló un programa democrático y nacionalista de cambios estructurales. Su liderazgo adquirió amplias dimensiones sociales y nacionales.


En 1963 dirigió un levantamiento guerrillero que incursionó en las montañas el día 28 de noviembre. Su meta era la deposición del régimen de facto de Donald Reid Cabral que se instaló luego del golpe de estado dado a Juan Bosch, primer presidente elegido democráticamente luego de la dictadura trujillista. Tavárez fue muerto en las Manaclas, paraje de El Alto de la Diferencia, en la Cordillera Central, el 21 de diciembre de 1963. Muchos afirman que este gran luchador y otros de sus seguidores fueron ejecutados después de negociar su entrega al ejército.

lunes, 27 de abril de 2009

Casandra Damiròn

Casandra Damirón fue una de las cantantes dominicana, más importante y conocida de su época, ya que ella marcó un antes y un después en su género musical. Hoy día es conocida por todos los dominicanos como la Gran Mujer de la Canción Dominicana; en honor a ella, desde 1985 se celebran los Premios Casandra, los cuales son los premios más importantes del medio artísctico dominicano.


Altagracia Casandra Damirón Santana conocida como Casandra Damirón o "La Soberana de la Canción". Nació el 12 de marzo de 1919 en Barahona, al sur de la República Dominicana, hija de Alicia y Eliseo Amable Damirón Sánchez.


Su padre se destacó como escritor y periodista. También tocaba guitarra clásica por vocación. Fue presidente del Ateneo de Barahona y premiado y reconocido por la parisina Societe Academique D’Histoire International en 1903, llegando a ser miembro de honor el 9 de Septiembre del 1929.

A la temprana edad de seis años, Casandra demostró su vocación artística actuando en las funciones y veladas que organizaba el Teatro La Unión de Barahona.

Al cumplir los veintiún años debuta en el prestigioso Club Antillas de la capital dominicana en presencia de distinguidas personalidades de la farándula. En los medios de comunicación solo se hablaba de aquella joven sureña que deslumbro al público del Club con su explosiva y elegante técnica.

Luís Rivera, eminente compositor dominicano, se enamoro de la voz de Casandra y no tardo en convertirse en su esposo en segundas nupcias para ambos.

En 1946, “La Soberana” afianzo su carrera trabajando en La Voz Dominicana, la emisora de radio más influyente del momento. El éxito de Casandra iba en aumento en franca competencia con las estrellas de primera clase de la época que brillaban en el Continente y que frecuentaban la plaza cotizada de Santo Domingo.


En 1955 se conmemoraban los veinticinco años al poder del Generalísimo Rafael L. Trujillo con el evento denominado “Feria de la Paz”.
Los mejores artistas y grupos folclóricos de
Europa y América se dieron cita en la feria de Santo Domingo. Sin embargo, no había ninguno que representara formalmente al país anfitrión.
Casandra congregó casi de forma improvisada a los mejores bailarines de la isla para formar un grupo de danza folclórica dominicana y gracias a sus
merengues y danzas típicas de palos, a las mangulinas y carabinés de sus bailarines, consiguió la ovación y admiración del público, en especial la del Dictador.

Casandra y su grupo de Danzas Folklóricas Estilizadas fueron catalogados como “Embajadores de la Cultura Dominicana. Gracias a esto, la Soberana pudo viajar (privilegio otorgado por la dictadura) con su compañía de danza, a países como Francia, Suiza, España, Suecia, Estados Unidos y Argentina.

Después de una de sus funciones en París, la prensa francesa reseno: “Casandra Damirón no es una soberana; es una emperatriz de la música. Su estilo es tempestuoso y delicado al mismo tiempo; terciopelo y dinamita. Hoy podemos decir que nos ha visitado una diva
El 5 de diciembre de 1983 le sobrevino la muerte en la ciudad de Santo Domingo a los 64 años de edad.

Hasta el final de sus días, Casandra Damirón se consagro a la formación artística de las nuevas generaciones dominicanas, siendo una excelente promotora de la música y la danza folklórica.

Formo escuelas de bailes para las juventudes y fomento elestudio de las artes en las Escuelas Públicas y a todos los niveles sociales. Hoy en día, profesores y maestros formados por Casandra han continuado su obra mediante la formación de otros ballets.

Casandra fue una autentica pionera en dar a conocer la noche tropical a nivel internacional y en promover géneros dominicanos tan reconocidos como el merengue.
Cada año y desde 1984, la Fundación de Artistas y Cronistas de Santo Domingo (ACROARTE) convoca los Premios Casandra, los cuales condecoran a los artistas más sobresalientes tanto nacionales como internacionales.


Por Ley el palacio Radio Television Dominicana lleva su nombre y debe identificarse como tal.

El Senado de la República la declaró Gloria del Arte y la Cultura Nacional y su nombre figura en una de las Estrellas de la avenida Winston Churchill en Santo Domingo. Además, la avenida principal de entrada de su pueblo natal, Barahona, lleva su nombre y así como un barrio popular de dicha Ciudad.

Fue declarada como una de las mujeres dominicanas más sobresalientes por la Secretaría de Estado de la mujer de la república.
La memoria de Casandra sigue viva en el pueblo que la admira, la respeta y la pone de ejemplo ante las nuevas generaciones.

Salomè Ureña

Nació en Santo Domingo; en el 1850, enfue poeta y pedagoga.

Se le considera, aún como la figura central de la poesía lírica dominicana de mediados del siglo XIX, así como también innovadora de la educación femenina en su país.

Fue hija del también escritor y preceptor Nicolás Ureña de Mendoza. Sus primeras lecciones las tomó de su madre Gregoria Díaz. Más tarde su padre la llevó de la mano en la lectura de los clásicos, tanto españoles como franceses. Debido a ello, la joven Salomé alcanzó una educación y formación intelectual y literaria que ayudaría a codearse con el mundo literario de su país a los quince años. Se casó con el escritor, médico y abogado Francisco Henríquez y Carvajal.

A los 20 años casó con Don Francisco Henríquez y Carvajal. Les nacieron cuatro hijos: Francisco, Pedro, Max y Camila Henríquez Ureña. Su tercer hijo, Max, llegaría a ser una de las lumbreras humanísticas más destacadas de la América Hispana en el siglo XX.

Alentada por su esposo, en 1881 instituyó en la Isla el primer centro femenino de enseñanza superior, nombrado Instituto de Señoritas. A los cinco años de su iniciación, se diplomaron las primeras seis maestras normales.

Publicó sus primeros poemas a la edad de 17 años. Su estilo nítido y espontáneo se manifiesta muchas veces lleno de ternura, como ocurre en El Ave y el Nido, en otras se vuelve trágico, como En horas de angustia y otras veces su verso se torna viril y patriótico como en A la Patria y en Ruinas. La poetisa cantó a su patria, a su panorama hermoso, a sus hijos, a su esposo, a las flores, a la isla misma, como ocurre en La llegada del invierno.

Murió relativamente joven, en el 1897 a la edad de 47 años, debido a la tuberculosis.

jueves, 16 de abril de 2009

Gregorio Luperón

Nació en Puerto Plata, 1839 - 1897, político dominicano, participó de forma determinante en el movimiento independentista de la isla y ocupó la presidencia de un gobierno provisional entre 1879 y 1880.

De orígenes humildes, tuvo que trabajar desde niño para colaborar en la economía familiar. A la edad de catorce años encontró empleo a las órdenes de Pedro Eduardo Dubocq, un comerciante establecido en Puerto Plata a quien algunas fuentes biográficas atribuyen la paternidad del muchacho. Conocía bien la lengua inglesa (su madre era una inmigrante de color de las islas británicas), tenía dotes para la oratoria y en la biblioteca de su patrón pudo iniciar una sólida formación autodidacta.



Comprometido con la causa independentista del país, una pelea contra partidarios de la anexión española, promovida por el gobierno de Buenaventura Báez, le llevó a la cárcel, de donde escapó para buscar refugio primero en Haití y después en los Estados Unidos. En 1863 regresó de forma clandestina a la República Dominicana para participar en varios movimientos de insurrección; las tropas rebeldes le concedieron el grado de general.

El autoproclamado Primer Gobierno Restaurador de Pepillo Salcedo, con sede en Santiago, valoró pronto su patriotismo y su capacidad combativa y le encargó la Jefatura Superior de Operaciones en la provincia de Santo Domingo, con la misión de enfrentarse al ejército anexionista comandado por Pedro Santana. Cumplió con su cometido y consiguió desarrollar una guerra de guerrillas que desgastó severamente las fuerzas militares españolas. Finalmente, España entregó el país a los independentistas el 11 de julio de 1865.

Luperón aceptó la vicepresidencia de la Junta Gubernativa de Santiago y, restaurada la República, regresó a Puerto Plata, donde sus paisanos le recibieron como a un auténtico héroe nacional. Desde su ciudad natal impulsó una severa oposición al régimen de Báez, nuevamente en el poder, y encabezó el triunvirato (Luperón, Pimentel y García) que en 1866 consiguió derrocar al gobierno y ejercer el poder ejecutivo entre los meses de mayo y agosto de aquel año.



Disuelto el nuevo órgano gubernamental en favor de la constitucionalidad, asumió la presidencia el general José María Cabral. Pero Báez derrocó nuevamente al gobierno de Cabral en 1968 con la pretensión de anexionar el país a los Estados Unidos y Luperón se vio obligado a abandonar la República. Desde el exterior desplegó una intensa campaña de oposición al gobierno dominicano e incluso preparó una expedición revolucionaria que no consiguió resolver con éxito. No cejó en su empeño de impedir la anexión y elevó repetidas protestas ante el Senado estadounidense que finalmente evitaron la incorporación de la isla a la superpotencia del norte.


La Revolución Unionista de 1873 expulsó a Báez del poder y colocó a González Santín al frente del gobierno. En 1876, Ulises Espaillat se convertía en presidente del país y Luperón aceptó el cargo de ministro de Guerra y Marina en el nuevo gabinete. La renuncia del presidente devolvió el poder a Báez, el eterno enemigo político de Luperón que, una vez más, tuvo que exiliarse.


Durante el siguiente trienio el país vivió un periodo de inestabilidad política y rápidas alternancias de poder. Finalmente, en octubre de 1879, Luperón accedió a la presidencia de un gobierno provisional que, con sede en Puerto Plata, instauró un régimen liberal, trató de reinstitucionalizar la República y preparó el proceso electoral que, a finales de 1980, otorgó el poder a Fernando Arturo Meriño.



Gregorio Luperón se retiró a Europa en calidad de enviado extraordinario y ministro plenipotenciario. Cuando regresó al país, el ejecutivo de Francisco Billini le nombró delegado del gobierno en el Cibao. Desde su nuevo puesto se enfrentó al movimiento revolucionario de 1886 en Puerto Plata y contribuyó a la llegada al poder, un año después, del presidente Ulises Heureaux.



Decepcionado por las actitudes dictatoriales del nuevo líder del país, buscó apoyo, sin éxito, en el gobierno haitiano para combatirlo. Se encontraba en la isla de Saint Thomas en 1897 cuando enfermó de cáncer. Enterado, Heureaux acudió personalmente en su ayuda. Después de escuchar serias recriminaciones de su antiguo jefe y de aceptarlas calladamente, se reconciliaron. Luperón aceptó regresar al país, para lo que abordaron el buque de guerra que había transportado a Heureaux hasta la vecina isla, y retornaron a Puerto Plata. Allí falleció el 20 de mayo de 1897.

Francisco del Rosario Sánchez

Francisco del Rosario Sánchez, fue uno de los grandes próceres republicanos de la historia dominicana, héroe del grito de independencia 27 de febrero de 1844, hombre de acción, al igual que Duarte, Mella, Cabral, Pimentel, Manzueta, Adón y otros, expresión auténtica de dominicanidad y de vocación patriótica, republicana y revolucionaria. Su vida como hombre público fue honesta, incorruptible e inmaculada y fue marcada por su comportamiento valiente, temerario e ingenuo.


Nació en Santo Domingo el 9 de marzo de 1817, durante los últimos años del período colonial conocido como la "España Boba". Fue el primer hijo de la unión de Narciso Sánchez, tablajero de profesión, y Olaya del Rosario, ambos personas de color. En el acta bautismal de Olaya del Rosario aparece como "parda libre", lo que implica su ascendencia africana. Cuando se unió a Narciso, ya era madre de un hijo a quien su compañero le dio su apellido. Francisco nació antes de que sus padres contrajeran matrimonio.


Poco sabemos de su niñez y adolescencia sino que, en los primeros años de su juventud fue "peinetero en concha" y, a los 22 años, escribiente del Estado Civil. Fue discípulo del padre Gaspar Hernández.


No se conoce cuando comenzó su relación con Juan Pablo Duarte pero el hecho de que no figuró entre los fundadores de la sociedad secreta "La Trinitaria" en 1838, hace pensar que se conocieron después de esa fecha. De todas formas, al ampliarse los trabajos de esa organización patriótica Sánchez se convirtió en un Trinitario en quien Duarte confiaba plenamente. Poco tiempo después de iniciados los trabajos que persiguen la separación y la independencia, pasó a ser el segundo jefe del movimiento. Extiende sus actividades de proselitismo e información fuera del ámbito de la ciudad de Santo Domingo.


Luego del triunfo del movimiento "reformista" que derrocó el gobierno de Boyer, cuando Charles Herard viaja a la parte Este, Sánchez, perseguido, sale de Los Llanos y se dirige a Santo Domingo, cruzando a nado el río Ozama y avisa a Duarte de la llegada de Herard. Buscado por las autoridades se esconde y logra evadir la persecución haciendo correr el rumor de que había muerto a consecuencia de enfermedad repentina.



Ausente Juan Pablo del país, asume la dirección del movimiento independentista que había entrado en su última y más peligrosa etapa. Desde su escondite dirige con serena actitud los preparativos del proyecto. Preside las reuniones del grupo y amplía contactos con representantes del sector social más importante de la ciudad. Mella le presta efectiva y oportuna colaboración. Para los primeros días de enero de 1844, redacta Sánchez el Manifiesto de Independencia que será publicado con fecha del 16 de ese mes y, a petición de Mella, es enviado a Tomás Bobadilla para su corrección.


Culminan en febrero los preparativos, y en reunión celebrada la noche del 24, en la que se toman las decisiones finales, el grupo de valientes elige a Sánchez, Comandante de Armas con el rango de coronel, lo que constituyó un reconocimiento expreso a su jefatura política y militar. A esa reunión asistieron además de Francisco del Rosario, Mella, Vicente Celestino Duarte (hermano de Juan Pablo), los hermanos Puello y los de la Concha (Jacinto y Tomás), Juan Alejandro Acosta y otros. A proposición de algunos de sus compañeros entre los cuales figuraron Félix Mercenario, Manuel María Valverde, Manuel Jiménez y Mariano Echavarría, se convino que Sánchez presidiera la Junta de Gobierno que debía dirigir los destinos de la naciente república. Es significativo señalar que los proponentes y la totalidad de los que aceptaron, en términos sociales, tenían más categoría que Francisco del Rosario, pero eso no les impedía reconocer las condiciones de liderato del joven conjurado.


Investido de esa autoridad, comparece la noche del 27 a la puerta de El Conde y encabeza todas las actividades. En la madrugada del 28 sus manos juveniles (apenas tiene 27 años), izan la bandera nacional al amparo del lema de ¡Dios, Patria y Libertad! En ese momento inmortal, presidida por Francisco del Rosario Sánchez, quedó fundada la República Dominicana.


Una vez que la Independencia es proclamada, se reorganiza la Junta Central Gubernativa en la cual se imponen los representantes del sector social más influyente; solamente Sánchez y Mella representan la línea independentista. Tomás Bobadilla sustituye a Sánchez en la presidencia, borra el decreto de exilio y ordena el regreso de Duarte al país.


El 14 de marzo arriba Duarte al puerto del Ozama. Sánchez y Mella suben a bordo de la goleta a recibir al compañero y líder del movimiento. Duarte se integra a la Junta y, nombrado General de Brigada, es destinado a Azua junto a Pedro Santana que hace días funge de general en jefe del naciente Ejército Libertador. Comienzan las contradicciones y los sucesos internos de Haití le dan un respiro a los dominicanos.





Mella, actuando en el Cibao Central como jefe político y militar, recibe a Duarte y lo proclama Presidente de la República en una decisión precipitada y emotiva. Se rompe el precario equilibrio que imperaba en el gobierno colegiado, en el cual los republicanos eran minoría, y se produce un golpe de Estado que lleva a la presidencia a Francisco del Rosario Sánchez.

La Junta integrada por patriotas republicanos es desconocida por Pedro Santana quien regresa de Azua y toma la ciudad de Santo Domingo. Reducidos a prisión, algunas voces proponen que sean fusilados. El 22 de agosto de 1844, apenas seis meses después de haber sido fundada la República, sus auténticos gestores, encabezados por Duarte, Sánchez y Mella son declarados traidores a su propia obra política y expulsados de por vida del territorio nacional. El 26 salen hacia Inglaterra Sánchez, Mella, Pina y otros. Duarte saldrá más tarde, el 10 de septiembre, hacia Hamburgo. Comienza así un largo calvario para los próceres de febrero. Duarte regresará, enfermo y solitario, veinte años después.


La nave que lleva a Sánchez y Mella naufraga en las costas de Irlanda y los sobrevivientes, entre ellos los dos dominicanos, llegan a Dublín. En diciembre de ese año se trasladan a territorio de los Estados Unidos y luego a Curazao. Permanecen cuatro años fuera del país, hasta que en septiembre de 1848, fuera Santana del poder, el Presidente Manuel Jiménez decreta una amnistía general que comprende en primer lugar a Duarte, Sánchez y Mella, así como a Pedro Alejandrino Pina y Juan Isidro Pérez. Sánchez regresa al país el 8 de noviembre y Jiménez lo nombra Comandante de Armas, o sea, jefe militar de la ciudad de Santo Domingo.


Comienza entonces la vida política partidista del prócer de febrero. En ella participará hasta el momento de su muerte ocupando importantes posiciones en los gobiernos de Jiménez, Santana y Buenaventura Báez. Nombrado Fiscal ante el Tribunal de Apelación de Santo Domingo, será quien llevará la acusación contra Antonio Duvergé en el primer juicio que le hizo Pedro Santana. Duvergé fue absuelto. Se hará a partir de entonces Defensor Público y recibirá licencia de la Suprema Corte de Justicia para ejercer. Autodidacta, aprenderá francés y latín. Adquirió apreciable cultura y sus defensas como abogado fueron notables. Desterrado en abril de 1855, regresó al país en agosto de 1856.


Los ideales independentistas de Sánchez se vieron tirados al suelo cuando Pedro Santana buscó con la anexión a España, la protección economico-militar. Sánchez expresa su oposición a las gestiones de Santana. Reducido a prisión en agosto de 1859 es desterrado de nuevo, por tercera vez, en septiembre de ese año. Se traslada a Saint Thomas y desde allí comienza, sin recursos económicos, su lucha contra la traición y venta de la patria. Reclama la unidad de todos los dominicanos y viaja hacia Haití en busca de ayuda del presidente Geffrard.


Geffrard vacila y, bajo presión española, ordena que Sánchez y otros dominicanos salgan de territorio haitiano, pero después, frente a la evidencia de los hechos, autoriza su regreso y le promete a Sánchez ayuda. El 20 de enero de 1861, éste publica su manifiesto en el cual afirma, frente a sus enemigos: Yo soy la bandera nacional. Dos días después, el 22, se integra en Curazao bajo su dirección la Junta Revolucionaria organizadora de la Revolución de la Regeneración Dominicana.

Proclamada unilateralmente por Pedro Santana, la anexión a España el 18 de marzo, toman los acontecimientos un rumbo diferente. El 2 de mayo se produce en Moca el levantamiento de José Contreras, y el 1ero. de junio, en horas de la tarde, inicia Sánchez su invasión a territorio dominicano. Traicionado y emboscado, fue hecho prisionero y juzgado por órdenes de Santana. Un tribunal sin autoridad legal o militar, lo condenó a muerte junto a otros compañeros. En el juicio asumió la responsabilidad de todos los hechos y pidió clemencia para sus subalternos.

Murió fusilado el 4 de julio de 1861 a las cuatro de la tarde, en el cementerio de San Juan de la Maguana. Fundador y prócer dos veces de la República, con la entrega de su vida en el martirologio de San Juan, entró en la inmortalidad como ejemplo inigualable de nuestra historia.

José Reyes






Músico y compositor del Himno Nacional Dominicano, hijo de Rafael Reyes y María Merced Siancos, nació bajo el régimen de ocupación haitiana al iniciarse la tercera campaña de la Independencia.



Su padre era un comerciante detallista pobre. Vivía en un bohío en el actual Arzobispo Nouel, lugar donde pasaría la mayor parte de su tiempo y donde haría sus creaciones.



Tenía sólo 8 años de edad cuando se proclamó la Independencia de 1844, el ambiente de las luchas le llevó a enrolarse como soldado, al iniciarse la tercera campaña de la Independencia, en 1855.


Siendo soldado regular del Ejército estudió música con el director de la banda militar, Juan Bautista Alfonséca. Aprendió a tocar varios instrumentos musicales, pero se destacó en el violonchelo. Su vocación de compositor emotivo no tardó en revelarse.



Intelectualmente fue un autodidacta, en su tiempo libre compuso música laica y religiosa, mucha de ella inédita. Como era muy modesto y severo autocrítico, solamente propagó sus obras en algunas misas. Compuso además, mazurcas, valses, pasodobles y un himno.



En 1882 llevó al pentagrama el tema épico de su himno, luego que intelectuales de la talla de César Nicolás Penson y Francisco Henríquez y Carvajal, José Dubeau, J. J. Pérez y Emilio Prud`Homme trazaron estrofas a petición suya. En 1883, Para celebrar el vigésimo aniversario de la Restauración de la República, se estrenaron los himnos de los maestros Reyes y Arredondo, siendo el primero el que más gustó.



Seis meses después, en una convención de prensa presidida por el director de “El Mensajero” en el teatro “La República”, como un homenaje a Duarte se tocó nuevamente el himno de Reyes. La banda militar del maestro Betances, en la plaza de la cultura, lo interpretó por tercera vez en 1885 y fue muy ovacionado.



En ocasión de una fiesta patria, el himno iba a ser tocado una vez, pero el tirano Ulises Heureaux dispuso que se tocara en cambio, la Marsellesa. Sin embargo para el cincuentenario de la República, el Himno de Reyes había alcanzado popularidad.



En 1896 se pidió que fuera consagrado como “Himno Oficial Dominicano“.
En 1897 el himno de Reyes continuaba imponiéndose y se tocó nuevamente en la inauguración del ferrocarril Puerto Plata-Santiago, en el Cibao.



Ese himno tuvo sus enemigos. Durante el gobierno de Lilìs, tuvo lugar una disputa periodística por un himno nacional definitivo, con la música de Reyes pero sin la letra de Prud`Homme. Ello obligó al congreso a dar su aprobación al original completo. Pero Heureaux, sin decir el motivo rehusó promulgar la ley.